Amnistía Internacional ha denunciado este miércoles que la presión de la Unión Europea a Italia para que reprima a las personas refugiadas y migrantes que han llegado a su territorio, ha provocado expulsiones ilegales y malos tratos que, en algunos casos, pueden llegar a la tortura.
La organización ha documentado abusos, incluidas descargas eléctricas y humillación sexual. «En su determinación por reducir el avance de las personas refugiadas y migrantes a otros Estados miembros, los líderes de la UE han empujado a las autoridades italianas hasta los límites —y más allá— de lo legal», ha denunciado Matteo de Bellis, investigador de Amnistía Internacional sobre Italia.
«El resultado es que se está sometiendo a personas traumatizadas, que llegan a Italia después de viajes aterradores, a evaluaciones deficientes y, en algunos casos, a abusos atroces a manos de la Policía, así como a expulsiones ilegales», agregó en el comunicado.